Luego de más de doce horas de debate, aprobamos en las primeras horas de hoy el proyecto de ley que habilita a personas del mismo sexo a contraer matrimonio y también a adoptar niños. El proyecto fue aprobado por 126 votos positivos contra 109 negativos (cinco abstenciones). El tema debe ahora ser debatido en el Senado.
A continuación, mi exposición en el Congreso de la Nación.
Señor presidente: Hace muchos años, cuando ingresé a la Facultad de Derecho, un profesor, un maestro del derecho nos decía a los jóvenes que el derecho nunca debía negar la realidad, que siempre tuviéramos presente ese imperativo. Poco tiempo después empezó en la Argentina el debate sobre la ley de divorcio, al que algún diputado también hizo referencia. Quienes participábamos ya en política recordábamos esa especie de regla que se nos había grabado a fuego.
También asistimos a muchos argumentos parecidos a éstos de los riesgos, de los miedos, de los problemas que iba a tener la sociedad argentina si se aprobaba el divorcio vincular, si la patria potestad era compartida y tantas otras cosas.
Pero en aquel momento aquella joven democracia, con viejos fantasmas acosándola, dio un paso adelante y la sociedad cambió, como dijo recién un diputado, para mejor.
Me parece que estamos en una coyuntura parecida y otra vez este Parlamento tiene la responsabilidad de decidir de qué lado se va a poner. En mi opinión debemos ponernos del lado de quienes son los débiles en esta discusión, los marginados, los excluidos, los discriminados.
Claramente estamos en una discusión en la cual debemos votar en favor del principio supremo de nuestra Constitución Nacional, que es el principio de igualdad, y combinarlo con el principio de libertad: igualdad más libertad, los dos pilares sobre los que se sustenta la democracia, para que todas las personas en esta Nación tengan los mismos derechos; y claramente esto es votar por el dictamen de mayoría.
Seguramente no vamos a terminar con la discriminación en la Argentina, porque existe discriminación, homofobia, violencia institucional, violencia del Estado hacia las personas que viven, piensan, sienten y se enamoran distinto, y esto lo padecen todos los días. Y se padece más cuando se baja en la pirámide social, porque no es lo mismo la violencia que siente de la policía el pibe que vive en un barrio y está enamorado de otro chico –o de otra chica, si es una mujer que el que pertenece a otra clase social. Pero ese chico, ese joven, ese deportista, ese albañil que es hechado de la obra cuando sus pares se enteran de su condición, mañana va a saber que el Estado argentino está de su lado, que el Parlamento nacional lo contempla y lo contiene en su definición.
Así vamos a estar cumpliendo no sólo con estos dos principios sino con la Constitución Nacional, que ha incorporado en la letra el trato equitativo y digno a todas las personas, más allá de su condición, a partir de la reforma del año 1994.
Quiero también aprovechar para hacer un homenaje a todos aquellos que han luchado tanto para que este momento llegue en la Argentina, y en especial a los activistas de mi ciudad, el Movimiento de Gays, Lesbianas y Travestis de mi ciudad, que tanto han peleado, que han sido pioneros, que lucharon en este país tan difícil, como decía antes la diputada, donde hace quince años hasta se les negaba a la Comunidad Homosexual Argentina la personería jurídica, y que han recorrido un camino para que hoy esta discusión tenga dictamen de mayoría y se trate en este Parlamento, y ojalá dentro de un rato sea aprobado por la Cámara.
Nuestro homenaje sincero en este momento tan especial va para los que están hoy acá y para los muchos otros que no fueron protegidos por el Estado y hoy no están.
Quiero detenerme un momento en algunos argumentos que han utilizado algunos señores diputados, en especial los del interior, para decir que es difícil que esta discusión se dé en sus comunidades, sus ciudades y que ellos deben reflejar lo que piensan sus pares.
Cuidado, señores diputados, que esa opinión pública que ustedes sienten en sus ciudades, en sus provincias, seguramente no refleja con claridad todas las opiniones, porque seguramente debe ser mucho más difícil en el interior decirle a un encuestador su condición, poder hablar en una radio y asumirlo, que en las grandes ciudades en las que algunos nos toca vivir.
Entonces, a la hora de votar también pedimos que tengan en cuenta esas opiniones. Como decía el diputado Carlotto, estamos en un momento de reparación de este Poder Legislativo con los derechos de las personas que han sufrido. Los grandes partidos populares de la Argentina siempre han mirado en este tema para otro lado. Las fuerzas nuevas que hemos llegado a la política argentina en muchos casos arrastramos los vicios y los problemas de los grandes partidos de donde provenimos. Los sectores de izquierda han impulsado, en muchos casos, con toda su fuerza este proyecto.
Quiero remitirme a un texto, a una entrevista muy hermosa que recomiendo leer, del año 2001, de Gabriel García Márquez al subcomandante Marcos.
El genial García Márquez le pregunta: “Usted parece tener diferencias con la izquierda tradicional también en cuanto a los sectores sociales que los grupos representan, porque los guerrilleros suelen hablar en nombre de las mayorías. Sorprende que en su discurso usted hable en nombre de las minorías, cuando podría hablar del pueblo pobre o explotado. ¿Por qué lo hace?”
La respuesta del subcomandante Marcos fue: “Voy a señalar a grandes rasgos dos vacíos de la izquierda latinoamericana revolucionaria. Uno de ellos es el de los pueblos indios, de los que somos partícipes, y otros son los grupos supuestamente minoritarios. Aunque si todos nos quitáramos el pasamontañas no serían tan minoritarios como son los homosexuales, las lesbianas y los transexuales. Esos sectores no sólo son obviados por los discursos de la izquierda latinoamericana de esas décadas y que todavía hacen carrera en el presente, sino que también se ha propuesto en el marco teórico de lo que entonces era el marxismo leninismo: prescindir de ellos y verlos como parte del proceso que debía ser eliminado. El homosexual, por ejemplo, era sospechoso de traidor, era un elemento nocivo para el movimiento y para el Estado socialista. Y el indígena, un elemento de retraso que impide que las fuerzas productivas....bla bla, bla..”
Mucha agua ha corrido bajo el puente y hoy estamos aquí dando un pequeño pero firme paso para –como se decía antes y como creemos ahora construir una sociedad nueva donde en serio haya un hombre nuevo y sea un poco más justa para todos.
1 comentario:
Carlos,muchos años de militancia juntos y me conoces mucho,de mi parte te agradesco haber votado esta ley para que las personas que amamos "diferente"podamos estar junto a la persona que amamos, no pasa solo por estar casados, pasa por poder tener cobertura medica, por cosas de la vida cotidiana que hasta ahora nos estab negado.
Te agradesco nuevamente y cuando veia el debate por la tele estaba seguro de tu voto
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